El secreto de ZAO Make Up para unos labios suaves y cuidados

Hola de nuevo Zaoístas. Hoy en el post de ZAO Make Up os vamos a hablar de uno de los ingredientes más comunes de la cosmética ecológica y uno de los pocos que figura entre los primeros puestos del INCI de las marcas de cosmética tradicionales ¿sabéis de qué ingrediente os hablamos?

Pues os damos otra pista.

A los que nacimos en los 70 o en décadas anteriores, más de una vez se nos amenazo con darnos una cucharada de este aceite si poníamos como excusa un dolor de tripa para no acabarnos el plato. Y no, no hablamos del aceite de hígado de bacalao (que también era otra delicia con la que nos amenazaban nuestros mayores).

“Si no te lo comes todo te daremos una cucharada de aceite de ricino”, nos decían. Y es que este aceite tiene un desagradable sabor amargo y entre las muchas propiedades conocidas desde muy antiguo es la de purgante y laxante. Pero como veremos a continuación esta planta, y más concretamente el aceite extraído de sus semillas, tienen muchísimas más propiedades.

El ricino (Ricinus communis) es un arbusto de tallo grueso y leñoso, puede tomar un color púrpura oscuro y suele estar cubierto de un polvillo blanco, semejante a la cera.

Las hojas son muy grandes y palmeadas. Las flores están ramificada en forma de coliflor. Florece casi todo el año. El fruto está cubierto por abundantes púas, que le dan un aspecto erizado y las semillas están rematada por una excrecencia y que contiene una de las toxinas biológicas más potentes llamada ricina (puede dañar gravemente el hígado y el riñón e incluso producir la muerte).

Como siempre, la naturaleza nos sorprende en las mil formas en las que buscan su supervivencia como especie. En este caso al secarse los frutos, la cubierta espinosa se tensa progresivamente produciendo finalmente un efecto de resorte que lanza la semilla a distancias superiores a los diez metros, siendo ésta la forma de esta planta para extenderse.

Requiere un clima cálido sin heladas, está disperso por casi todas las regiones cálidas del globo, habiéndose naturalizado por ser una planta cultivada desde la antigüedad, pero parece ser originaria del cuerno de África.

Afortunadamente, el aceite de ricino, obtenido por prensado de las semillas, a diferencia de las propias semillas, no es tóxico ya que antes de su extracción las semillas son calentadas para destruir la peligrosa ricina. También se extrae en frío y luego el aceite se calienta como máximo a 50°C para inactivar la ricina.

Es uno de los purgantes más reputados, debiéndose su acción al ácido ricinoleico que tiene el inconveniente de su desagradable sabor. Por precaución ya no se usa ingerido, pero tiene muchos usos externos:

El aceite de color amarillo-verdoso es riquísimo en ácidos grasos, sobre la piel tiene efectos hidratantes y emolientes, suaviza y protege la piel o las mucosas.

Es bueno para tratar las pieles secas, descamadas, eccemas, herpes e incluso leves úlceras, heridas o quemaduras superficiales ya que también tiene propiedades antimicrobianas.

Excelente para tratar el acné.

Ayuda a reducir la aparición de manchas en la piel.

Por su efecto nutritivo debido a los ácidos grasos oleico, linoleico y palmítico, es ideal para alargar y reforzar las pestañas y las cejas, a estos ácidos también se les atribuyen propiedades antialopécicas. Sirve para tratar la descamación de la blefaritis y los orzuelos así como minimizar las ojeras por su efecto tonificante sobre los capilares.

Su contenido en vitamina E nos ayuda a mantener unas uñas sanas, fuertes y sin estrías.

Debido a su contenido saponificable se destina para la elaboración de jabones, champús y brillantinas que le dan al cabello un aspecto sano y suave.

Hay quien lo emplea como desmaquillante por su textura junto al aceite de almendras, y así se beneficia de todas sus propiedades (luego hay que aclararse con agua).

Se usa en aromaterapia y para dar masajes.

También sirve de repelente para los mosquitos.

Además el ácido ricinoleico tiene efectos antiinflamatorios y analgésicos por lo que suele ser un ingrediente de las bandas adhesivas y diversos productos antiinflamatorios.

También se usa en la industria alimentaria como emulsionante y antioxidante, sustituto de la manteca de cacao por ser más barato y tener menos grasa, es el número E-476.

Este versátil aceite también encuentra aplicaciones en la industria de pinturas y barnices, así como para la fabricación de lubricantes y líquidos para frenos o fabricación de plásticos y poliuretano.

Hoy en día se usa cada vez más como biocombustible ya que en Europa y USA, entre otros, se prohíbe hacer biocombustibles a partir de aceites comestibles. Debido a la peligrosidad de sus semillas también se le conoce como “higuera del diablo o del demonio o del infierno”, y también como “catapulta” por si singular manera de dispersar sus semillas. ¿Qué os parecen estos mil y un usos?

Pues aún tenemos que añadir uno más: figura como uno de los ingedientes principales de nuestras barras de labios, el gloss y la laca de labios de ZAO Make Up, para colorear nuestros labios con el mayor confort y suavidad, sin resecarlos, ya que nuestra piel se aprovecha de todas esas cualidades además de recibir un toque de brillo precioso.

Y tú ¿ya te has hecho Zaoísta?